En otras latitudes

¡Adiós, mis viejos amigos! ¡Lejos de ustedes al fin!

¡Cuánta pureza ahora en estas nuevas latitudes, en este viento que entra en mis pulmones y va sanando la sangre corrompida que aún fluye por mis venas! 

En mi precipitada huída improvisé esta endeble embarcación con la que me aventuro a un mar que se me antoja enfurecido. Pese a ello no tengo miedo. 

De ustedes, islas remotas ya exploradas, me alejo para siempre. Contemplo cómo mengua la cerrada y tenebrosa geografía de sus parajes recortándose en el confín y rememoro la pesadilla de los terrenos pedregosos lastimando mis pies; las ciénagas succionando mis pasos; los pútridos manantiales en los que mi sed se saciaba; los frutos venenosos de los árboles perseverando en mi enfermedad.

Gracias por la errada moral dadivosa con la que me obsequiaron: De ella aprendí que todo lo que me negaba entonces sirve hoy para mi afirmación.

¡Adiós, mis viejos amigos! ¡Lejos de ustedes al fin!

David Galán Parro

19 de marzo de 2023

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